martes, 23 de julio de 2013

DE POR QUÉ AMO EL CINE...

Pese a que hace mucho estoy fuera de este pequeño planeta que he creado para mí y todos aquellos que amen tanto este arte como yo, quiero cambiar un poco la temática de este Blog e imprimirle un toque más íntimo, más cercano a lo que soy y a lo que quiero ser, aunque pueda sonar retórico toda vez que ya he cumplido la mitad de mis propósitos en la vida, pero puedo asegurar que me falta cumplir aquellos propósitos que están ferreamente ligados con algo sumamente importante, están ligados con mis sueños.

Se preguntarán la razón de esta introducción melodramática y medio cliché, pues la verdad es que, como todo en la vida, este momento que estoy atravesando se ha convertido en una real epifanía para mí.  Mi hijo, Juan Martín, está a pocos días de ser parte de este mundillo raro y enigmático del amor por el séptimo arte.  Es cierto que no puedo imponerle rótulos a su corazón, pero sí quiero que el vea este gran tatuaje que el cine ha hecho en el mío y que el decida si quiere ser parte de él.

Hablo de epifanía en esta ocasión porque he tenido una manifestación recurrente sobre el cómo voy a internar en este amor a mi hijo, pues de inmediato se vienen a mí los recuerdos, donde de forma especial está enmarcado el primer acercamiento que tuve con una sala oscura, abarrotada, algo ruidosa, pero que con el resplandor de esa pantalla enorme que tenía ante mí, me dejó atónito y ensimismado.  Un amor a primera vista, una amante que me recibe incondicional y que cada vez que estoy ante su presencia, siempre tiene nuevos motivos para sorprenderme.

Dumbo, una película animada de 1941, fue mi primera vez y como tal, la más recordada y amada de todas.  Esa bella historia de un elefantito caído en desgracia, abandonado al nacer a causa de los prejuicios de una sociedad hipócrita, apartado del mundo a causa de su mal vista invalidez, que si bien nos demostró que no era una incapacidad sino una diferencia, que no lo hacía extraño sino especial, espectacular, magnífico.  Esa fue mi primera vez.  Acompañado por mis padres, quienes durante toda mi vida han sido cómplices de este amor, así como mi esposa, quien acepta y comparte esta amante que de forma conciliadora, hace parte integral de nuestra familia.



Algunos puristas dirán que mi bienvenida al séptimo arte pudo ser mejor, pues se que muchos consideran a Dumbo como una película simple, comparada con otros grandes clásicos de Disney, adornados por princesas impotentes y príncipes descerebrados.  Quizás por suerte o por culpa del destino, este tierno elefantito fue mi primer compañero en la sala de proyección, robándose varias de mis limitadas sonrisas y por supuesto, impregnándose por completo en mi memoria cinematográfica, la cual de hecho, sin temor a resultar vanidoso, es bastante amplia y numerosa.

Desde ese momento para acá, la vida que ha pasdado por mis ojos, puede guardarse en miles de carretes de 35 milimetros, un script donde cada momento es una escena memorable, acompañada por una banda sonora, de la cual espero hablar en una próxima ocasión, pues como en las películas, una escena en silencio, si no está acompañada de la intensidad de nuestros actos, o mejor aún, de la fortaleza de mil notas musicales, pasará desapercibida y no será parte de nuestra historia.

Con el paso de los años y aún en mi tierna infancia, quise llenar mi vida de aventuras, ser un expedicionario arriesgado, un cazador de tesoros cuya mayor satisfacción era beneficiar a la ciencia y a la humanidad.  Fue así que entró en mi vida Indiana Jones, un profesor de arqueología, quien me deslumbro en sus tres entregas ochenteras (En busca del arca perdida, el templo de la perdición y la última cruzada), siendo mi favorita la última de esta entrega, donde se abordó la adolescencia de Indy, recordándome mis épocas de boy scout, que de hecho me integré a este grupo gracias a él, además de presentarnos a su progenitor, de quien heredó ese espíritu aventurero que todos los niños de la época queríamos emular.


Tiempo después, cuando ya empezaba a rozar mi adolescencia, llegó a mí una aventura espectacular, otra trilogía (cuando hablé de Indiana Jones, sólo hablo de trilogía, porque la cuarta entrega para mí, quedó borrada, aniquilada, no existe), donde un muchacho perezoso y terco, fiel imagen de la juventud de ese entonces, se convertía en ayudante de un científico cuya curiosidad, rayaba en la locura, una locura que nos trajo uno de los inventos más recordados del cine, apoyado en un carro popular de la época: el Delorean.

Fueron tres entregas donde "Volver al Futuro", nos llevó a tres etapas de la historia, todas ligadas con Marty McFly y el profesor Emmet Brown, un mismo bravucón y el ímpetu desmedido ocasionado por una afrenta que nos convertía en héroes o villanos: gallina.  Palabra que para Marty era el detonante que si bien lo hacía sentir héroe, terminaba demostrando que la valentía no es ser más fuerte o más arriesgado, sino más inteligente para que nuestros actos, más que llevados por la emoción, fueran llevados por la razón que finalmente era vencedora y rescataba a Marty de un destino marcado con una P mayúscula de Perdedor.


Por hoy dejo estas anécdotas hasta aquí, que si bien están por fuera de lo que normalmente hago en este Blog, son palabras que vienen en este momento justo donde un nuevo cinéfilo viene en camino y es mi obligación, internarlo en la sala oscura de pantalla gigante y sueños reflejados, para que nunca, nunca deje de soñar y de hacer de su vida una eterna fantasía.  Esta historia continuará.

Una frase para despedirme: "Hijo mío, somos peregrinos en una tierra de infieles."

¿Pueden adivinar quién la dijo?





miércoles, 15 de mayo de 2013

LOS HIJOS DE STARBUCK

Los hijos de Starbuck (Starbuck).  2011.  Director: Ken Scott.  Reparto: Patrick Huard (David Wozniack / Starbuck); Julie LeBreton (Valérie) y Antoine Bertrand (Avocat).


Después de una prolongada ausencia, vuelvo con mis impresiones sobre lo que más me gusta: el cine.

Debido a un nuevo rol que estoy preparándome para desempeñar, el de ser papá, me he alejado un poco del blog, aunque eso sí, nunca me alejaré del cine, motivo por el cual, hoy vengo con la reseña de una película canadiense, que debido a sus raíces francesas, toma como enfoque el género de comedia fresca, sin pretensiones, ese mismo que en reiteradas ocasiones nos ha hecho reir y reflexionar sobre situaciones cotidianas que por hechos inverosímiles, dan un giro inesperado, situación que hace de estas películas muy agradables a nuestro paladar, y como tal, no son fáciles de conseguir, por demás que como se puede observar en la ficha técnica, es una producción de 2011, pero que hasta estos días llegó a nuestras carteleras para darnos una alternativa al momento de ir a los teatros.

Starbuck, o "Los hijos de Starbuck", como fue bautizada en nuestro país, inicia con un personaje desaliñado, vago, sin esperanza alguna.  Uno de esos seres que sin llegar al fatalismo, sobran en la sociedad, pues sólo representan una fuga a la economía y al desarrollo, metido en líos debido a la búsqueda de dinero fácil y sin esfuerzo, cubierto apenas por el amor de su familia, que tal como los espectadores, lo ve como un parásito, quien no es cpaz de realizar el más fácil de los trabajos de la carnicería de su padre, el de llevar la carne a los clientes.


Un día como cualquier otro, halla un intruso en su apartamento, quien resulta ser el apoderado de una clínica de fertilidad, quien le comenta que en un momento de su vida, David realizó cerca de 690 donaciones de esperma y que producto de estas donaciones, fueron concebidos 533 seres humanos, quienes pasarían a ser sus hijos biológicos, y que 142 de ellos, han presentado una acción colectiva ante la clínica para que les sea revelada la identidad de su padre biológica, hecho que sin duda alguna, se convierte en el giro de la historia que no sólo produce hilaridad en el espectador, sino que genera debates jurídicos y morales al analizar la posición del protagonista y el hecho que, tal como lo dice el apoderado, por error se haya usado el esperma de este donante en repetidas ocasiones en diferentes procedimientos de fertilización, trayendo a este mundo más de 500 niños, siendo que las reiteradas donaciones de esperma se hicieran por motivaciones netamente económicas de David, nuestro protagonista.

A esta situación se suma el hecho de que la novia de David, una agente de policía llamada Valérie, por demás de una belleza indescriptible, se encuentre embarazada, lo cual le da la posibilidad a David de recomponer su vida y de hacerle entender a la futura mamá que él puede ser el papá que ese futuro bebé necesita. 

Al ver la llegada de la acción colectiva para revelar su identidad, David recurre a su mejor amigo quien resulta ser un haragán como él, salvo que por obra y gracia del destino, ostenta el título de abogado, además de ser padre de 4 niños, quienes siguiendo el cliché de este tipo de películas, muestran lo que podría ser el purgatorio de ser padre, al tener que convivir con cuatro personalidades que han hecho de sus sueños de juventud, una pesadilla en la adultez.


Dentro del documento de la acción colectiva, se encuentran las fichas con las identidades de los 142 accionantes, hijos biológicos de David, cada uno tan diferente como el otro, adolescentes adultos en su mayoría, quienes ya han labrado una vida y a quienes David, por mera curiosidad, decide conocer uno a uno, usando estrategias torpes como él mismo, dándose cuenta que si unos son exitosos, otros aún buscan el éxito, otros son un completo fracaso y otros, por azares de la vida, no tienen una vida tan vigorosa como los demás.

Es en este momento que David decide retribuir esos años de paternidad fallida e involuntaria, convirtiéndose en el ángel guardián de cada uno de ellos, tratando de otorgarles lo que un padre, o un supuesto padre, debe darle a sus hijos.  Desde la motivación para lograr las metas, hasta el abrazo y los cuidados que sólo un padre puede brindar, situación que aparte de humor, llegaq a causar cierta sensación de ternura, más por la torpeza de David, que por los actos que realiza.

 

Los hijos de Starbuck es una película supremamente digerible, gracias fresquedad con que se muestra la historia, a pesar de la complejidad de su argumento, el cual por estas mismas circunstancias, en ocasiones se observa torpe y sin llegar a un destino cierto, el cual finalmente es el que debe poner el espectador al poner en contrapeso, la moralidad de un acto como hacer cerca de 700 donaciones de esperma, juntando las implicaciones de tal acto, y el hecho de que, después de tantos años, un ser sin futuro encuentre motivos para su redención y la posibilidad de enrutar nuevamente su vida, dejando de lado las haraganerías y asumiendo las responsabilidades propias de su condición.

Valga la pena recalcar que no es la mejor película canadiense que haya visto, de hecho, no se acerca siquiera a las cinco mejores, entre las que puedo mencionar incendies, C.R.A.Z.Y y las invasiones bárbaras, pero tal como lo mencioné anteriormente, es una propuesta válida a la hora de despejar la mente de tanto Hollywood y tantas multimillonarias producciones que lastimosamente van ganando la partida en el público asistente, hecho que tal como vemos en las salas de cine, le dan menos semanas de permanencia en sala a películas que realmente pueden ser consideradas joyas del séptimo arte, aunque ésta no sea una de ellas.


"¿Quién es ese Starbuck?"

Calificación: 7/10

martes, 5 de marzo de 2013

LOS MISERABLES

Los Miserables (Les Misérables).  2012.  Director: Tom Hooper.  Reparto: Hugh Jackman (Jean Valjean); Russell Crow (Javert) y Anne Hathaway (Fantine).


Ya pasó la gran gala del cine, dejando como gran ganadora a mi favorita, Argo.  Sin embargo, queda un sabor agridulce porque la Academia, en una de sus inconcebibles movidas políticas, decidió dejar por fuera a Ben Affleck dentro de la categoría de mejor director, la cual finalmente terminó llevándose Ang Lee, gracias a Life Of Pi, película que ya reseñé anteriormente, la cual era una majestuosa puesta en escena gracias a los recursos técnicos manejados, pero que no alcanzaba el dinamismo que sí impuso Argo y que, a excepción de los OScar, fue reconocida por todos los premios que se entregaron al cine en este principio de año.

Pero bueno, siguiendo con lo que más nos incumbe, y al parecer con lo que más les ha gustado, les cuento que desde hace ya varios años, tengo por costumbre ir el día de la entrega de los Oscar a ver una de las cintas que esté con amplias opciones en la carrera por la estatuilla dorada.  En esta ocasión, fui a ver Los Miserables, la versión musical de Tom Hooper, quien en años anteriores, se llevó todos los honores gracias a "El Discurso del Rey", una película semi biográfica sobre el Rey Jorge VI de Inglaterra y su lucha contra el tartamudeo que le impedía asumir su rol como máximo jerárca de la monarquía más antigua del planeta. 

Tom Hooper, amante del cine de época, nos quiso traer ahora su versión de "Los Miserables", escrita por Victor Hugo en 1862 y considerada una de las más grandes obras de la literatura universal del Siglo XIX.  Esta vez contando con un abultado presupuesto y con un reparto de luminarias de las más altas esferas hollywoodenses, concibiendo esta historia a partir del formato de musical, del cual debo decir, soy un fanático consumado, hasta el punto de haber sido un bailarín frustrado en mi adolescencia, donde dí mis pimeros pinitos en el grupo de danzas de mi colegio en conjunto con un colegio de niñas.


La historia, ya llevada en varias ocasiones al cine, en esta versión protagonizada por Hugh Jackman en el estelar de Jean Valjean, arranca con él mismo, siendo torturado a causa de una condena impuesta, supuestamente, de forma injusta, estando bajo el yugo de Javert, un policía incorruptible, quien vive por cumplir su deber, a costa de lo que sea, situación que demuestra que no sólo Jean Valjean es esclavo de la injusticia, sino que Javert es esclavo de la justicia, al no poder discernir sobre lo que es justo y no lo es, sólo por el cumplimiento irrestricto de la Ley. 

Los diálogos adornados con las melodías de las voces de los protagonistas, enmarcan el inicio de lo que sería una gran persecución.  Por un lado Jean Valjean, quien busca la redención por un pasado que si bien es oscuro, guarda algo de nobleza en su ser; por el otro Javert, quien apegado a sus principios, lleva encima la condena de ser el verdugo de una ley que no lo deja dormir y que se convierte en su propia prisión durante décadas, intentando hacer justicia.

Años después, Jean Valjean, tras un episodio de epifanía en un templo, se convierte en un reconocido hombre de política y negocios, acumulando una fama de benefactor y bondadoso, quien por azares de la vida, se cruza en el camino de Fantine, una mujer presa de la desgracia, del abuso y la crueldad humana en su máxima expresión, impresionantemente llevada a escena por una irreconocible Anne Hathaway, quien al parecer, leyó los cánones de los premios y cambió su increíble belleza, por una apariencia desaliñada, una fealdad provocada por la miserableza de la condición humana, llevada a la desgracia por lo acontecimientos, pero teniendo siempre presente, que su único objetivo es el bienestar de su hija: Cosette.


En uno de los momentos que más se recordarán de esta cinta, Fantine interpreta una canción que sonó hace poco tiempo gracias a un show de talentos británico y que gracias a Anne Hathaway, retumbará en las mentes y los corazones de los espectadores.  "I dreamed a dream", interpreta una derrumbada Fantine, olvidada por el aliento de Dios, moribunda y sin esperanzas, hace que las lágrimas broten por doquier y la lástima y la vergüenza, sean sentimientos que se encuentran al indagar las razones por las cuales un ser humano, puede llegar hasta lo más ínfimo de su propia humanidad.

La historia continúa, aunque ya con un ritmo menos interesante que al inicio de la película.  Jean Valjean, cumpliendo una promesa, se hace cargo de Cosette, tomándola como su propia hija, además de llevar a cuestas un delirio de persecusión a causa del mordaz Javert, quien por el cumplimiento de su deber, no descansará hasta que se haga justicia.

Así sigue la trama, teniendo como escenario el periodo post-revolucionario, con algunos destellos de belleza en los montajes realizados durante este episodio, pero sin ser del todo trascendentes, lo que hace que prácticamente una hora de la pleícula, luzca prácticamente innecesario, aunque debo admitir que terminé tarareando cada una de las canciones que se iban entonando.


Esta adaptación musical de la obra de Victor Hugo, pasa a ser una buena versión de esta novela del Siglo XIX, sin embargo, tal como lo mencioné anteriormente, puede resultar un poco tediosa para algunos espectadores que no están acostumbrados a los musicales o a historias cuya trama, se denota alargada y un poco sin sentido en algunos apartes.  Vale anotar que el esfuerzo por llevar a la gran pantalla esta historia, mereció para Anne Hathaway su primer Oscar, y puedo afirmar con seguridad, que fue gracias a una escena, en la que canta "I dreamed a dream", por la que se alzó con el tan anhelado premio, puesto que su aparición, no aborda más de 20 minutos de la historia, pero son veinte minutos que serán gratamente recordados por los amantes del cine.

Hay personajes que se pierden ante la majestuosidad de otros, personajes que resultan de relleno en la historia y que quizás tomaron tiempos que pudieron ser aprovechados para ahondar aún más en los miserables, en todos nosotros, que de una u otra forma, labramos nuestro propio destino y en algún momento de la vida, nos ponemos tras los barrotes de las circunstancias, que nos hacen presos de nuestros más oscuros deseos o nuestras más bajas intenciones.


"Tuve un sueño, en que mi vida era tan diferente a este infierno que estoy viviendo"

Calificación: 7.5/10

Nota: Pongan mucha atención a los acercamientos que les hacen a los protagonistas en los momentos que interpretan sus líneas más dramáticas, lo que hace ver aún más de cerca su labor histriónica.

lunes, 18 de febrero de 2013

DJANGO SIN CADENAS

Django sin cadenas (Django Unchained).  2012.  Director:  Quentin Tarantino.  Reparto: Jamie Foxx (Django); Chirtoph Waltz (Dr. King Schultz) y Leonardo Di Caprio (Calvin Candie).


En estos días, he venido sufriendo lo que se podría denominar, "un déficit de testosterona", debido a que, de regalo de navidad, recibí la noticia que voy a ser papá, motivo por el cual, mi masculinidad se ha reducido a una ternura indescriptible y sumamente extraña en mi personalidad, razón por la cual, este fin de semana decidí aplicarme una dósis extrema de hombría, en dos aplicaciones de sumo poder.

Mi primera inyección vino de las manos del agente John McLane (Bruce Willis), quien acompañado en esta ocasión por su hijo, hace de las suyas en Rusia, trayendo a la actualidad un conflicto de antaño como lo fue la guerra fría entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética.  Dando alcance a todos los recursos del cine de acción, el viejo agente McLane, hace honor al título de esta saga, así como su hijo, pues por más golpes, balazos y caídas de alturas inimaginables, es absolutamente Duro de Matar, pues nada hace mella en su humanidad, salvo la típica cortada sobre su ceja, que lo ha acompañado en las 5 entregas de esta saga.

Admito que en esta ocasión me dejé llevar por la nostalgia y una pequeña debilidad que tengo por esta saga, de la cual he sido asiduo seguidor desde la primera entrega, aunque en esta reseña, no hablaré de esta película, pues con el primer párrafo se recoge todo lo que hay que decir, sólo vale agregar, que es una película mala, apta para fanáticos de John McLane y ya.

Hoy, después de una ausencia debido a lo que inicialmente comenté, voy a hablar sobre "Django sin cadenas", la nueva película de Quentin Tarantino, que tanto ha dado qué hablar en los últimos días, no sólo por su calidad sino por ser invitada de honor en esta época de reconocimientos a lo mejor del celuloide, aunque vale decir que Quentin Tarantino, es asiduo asistente a todo tipo de premiaciones, gracias a la majestuosidad con la que lleva sus ideas a la pantalla grande.


El Dr. King Schultz, un aparente dentista, en medio de una fría y solitaria noche, se topa de frente con un par de traficantes de esclavos, quienes llevan un cargamento para ser subastado.  Son consultados por el Dr. Schultz respecto a un esclavo que posiblemente pueda ayudarle y por quien hace una oferte para hacerse a su propiedad.  Es así que da con Django, quien cuenta con la información que el Dr. necesita y que desde entonces será su más fiel compañero en su verdadero trabajo como caza recompensas.

Después de una característica lluvia de sangre y escenas que rayan con el género gore, Django y el Dr. Schultz emprenden su camino, el cual depende única y exclusivamente del paraje donde se encuentre la próxima presa de esta pareja, quienes a través de sus andanzas, van encontrando demasiadas similitudes que los hacen perfectos el uno al otro, para la labor que desempeñan.

En medio de un descanso, Django le confiesa al Dr. Schultz que la verdadera razón para seguir con vida es la de recuperar a su esposa, Broomhilda, quien después de un intento de fuga entre los dos, resultó capturada y sometida a los vejámenes propios de sus desalmados amos, quienes son aborrecidos a muerte por estos dos personajes.



Una vez que han terminado con la cacería de sus presas, deciden que es momento de iniciar con la venganza y recuperar a Brommhilda de las manos de un temido ser, Calvin Candie, dueño de una extensa propiedad en el Estado de Mississippi, reconocido por su fanatismo a las peleas de mandingos, o mejor dicho, a las luchas de esclavos, además de sus excentricidades.

Es en este punto donde la película halla su éxtasis y desenboca todas las tramas, por más absurdas que puedan considerarse, para dar con un desenlace, que aunque pueda ser esperado, no deja de sorprender, no sólo por su crudeza, sino por el ingenio propio de los planes que tejen sus personajes para conseguir su fin.

Varias cosas deja para la historia del cine "Django sin cadenas", tal como lo han hecho las últimas películas de Tarantino.  Este director, ha intentado con éxito, rescatar o reposicionar géneros cinematográficos casi olvidados o echados a perder, como lo son las películas de artes marciales, el género bélico y en esta ocasión, el "spaghetti western", género que tuvo su auge entre 1960 y 1970, que se caracterizaba por desarrollarse en escenarios sucios, llenos de peronajes carentes de toda moral y de clichés propios del viejo oeste estadounidense, tan llevado al cine a mitad del siglo pasado.


Otros objetos invaluables de esta cinta son sus personajes, tal como ocurre en toda obra de Tarantino, son excelentemente concebidos, con situaciones características que los hacen individualmente muy ricos en su estructura y en su desempeño en la historia, empezando por el Dr. Schultz, interpretado por un actor que gracias a este director, hizo su entrada triunfal a la meca del cine con "Bastardos sin Gloria", y que en esta ocasión, basándose en su característica genialidad, intelectualidad y psicorigidez germánica, Christoph Waltz, nos trae un antihéroe bastante avanzado para su época, pues lleva consigo no sólo a un caza recompensas algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, sino que lleva consigo a un revolucionario para la época, un anti esclavista que vive intensamente el dolor de los esclavos que son continuamente torturados y a quienes él considera seres libres, por encima de todos los prejuicios de la época.

Otros personajes inolvidables que nos deja esta historia, son los interpretados por Leonardo Di Caprio y Samuel L. Jackson, quienes lucen sencillamente geniales en su posición de villanos, y no cualquier villano, villanos a quienes la maldad les brota por cada uno de sus poros, despertando un odio gigantesco en todos los que se cruzan con ellos.  Di Caprio como el villano amanerado, lleno de excentricidades, y con una aparente bondad que es sólo la máscara para un ser que acumula en su humanidad todos los males que alguien pudiera tener; y Jackson, como el fiel sirviente de Di Caprio, llegando a un punto de genialidad que sólo Tarantino le puede extraer, en esta ocasión interpretando a un anciano mañoso, traicionero, que odia a los de su propia extirpe y que debido a su longevidad, recurre a un cinismo característico en aquellos que han perdido toda noción de humanidad.

Con estos ingredientes, además de la riqueza de una banda sonora, como todas las bandas sonoras de Tarantino, hacen de esta película una joya del cine, que a mi parecer, supera, no por mucho, lo logrado en su anterior film "Bastardos sin gloria", donde recuriendo a la ficción histórica, hace dde la segunda guerra mundial, el espacio perfecto para llevar a cabo su versión de la guerra.

Un historia espectacularmente escrita, que a pesar de su larga duración, no deja descansar por un minuto al espectador, haciéndolo pasar de la admiración al completo asco, la cual además se presenta como un manifiesto en contra de las prácticas esclavistas, mostrando la inmensa ignorancia de una sociedad que inmersa en sus estúpidas costumbres, llevó a cabo uno de los peores episodios de la historia, teniendo como mensaje para entonces profético, como lo dice Monsieur Candie en un momento de la película, "Django es uno entre diez mil, pero aseguro que en el futuro, habrá muchos más como él, hombres brillantes".


"Billy Crash:  D-jango, you black son of a bitch!
Django
: The "D" is silent, hillbilly."

Esta cita la hice en el idioma original porque me parece que suena mejor así.

Calificación: 9/10

Nota 1: Esta película se encuentra nominada a 5 premios Óscar, entre ellos el de mejor película y el que seguro se llevará, como mejor actor de reparto para Chritoph Waltz.

Nota 2: Como un juego de memoria, en una escena se cruzan dos Djangos, el nuevo interpretado por Jamie Foxx y el de antaño, llevado al cine por Franco Nero en los auténticos "spaghetti western" de los 70.



jueves, 24 de enero de 2013

LO IMPOSIBLE

Lo imposible (The imposible).  2012.  Director: Juan Antonio Bayona.  Reparto: Naomi Watts (Maria) y Ewan McGregor (Henry).


Esta película ha hecho bastante ruido en estos días, debido a que muchos quedamos impresionados y bastante emocionados con los avances que se mostraban como antesala en otras películas, las cuales mostraban escenas conmovedoras y desgarradoras de un evento que ni siquiera la magia del cine puede dimensionar.  Una tragedia que superó ampliamente a la ficción y en 2004, horrorizó a toda la humanidad mostrando el impresionante poder de la naturaleza convertido en un tsunami de inimaginables proporciones.

Con esta antesala, mi esposa y yo, en una tradición de navidad y año nuevo, nos dispusimos a ver esta película, con altas expectativas y buscando emocionarnos tanto como lo hicimos con los avances, que de por sí, tuvieron la buena estrategia de invitar al espectador a presenciar un retrato de la tragedia, pero sin caer en lo que caen muchas películas que es, muestran lo mejor de la película en los avances y cuando uno va a las salas supremamente emocionado a verlas, lo único que le queda es una decepción inmensa pues todo lo que vio en los avances, es lo único bueno que tenía la película.

Vale la pena decir que soy un gran seguidor de las películas estilo documental, donde la ficción y la realidad se entrelazan, dando la oportunidad de conocer detalles de sucesos de la historia, que para muchos sólo se descubren a través de este medio, aunque en ocasiones, el afán por llevar historias encasilladas en los cánones del marketing, llevan a tergiversar la realidad o inclusive a falsearla por completo, quedando en completo ridículo.

En esta ocasión, el director español Juan Antonio Bayona, reconocido en el mundo del cine por habernos traido un nuevo clásico del cine de suspenso - terror español de la última década como lo fue El orfanato, que relataba la historia de una mujer que tenía que resolver el misterio de la pérdida de su hijo en medio de un orfanato donde ella habitó siendo niña y que albergaba un secreto que la trama va descubriendo, no sin antes provocar más de un susto.  Esta vez retrata el drama real vivido por una familia española, que en la película es británica, quienes disfrutando de sus vacaciones en las costas de Tailandia, son testigos y víctimas de primera mano de una de las catástrofes naturales más terribles de la historia de la humanidad que arrasó con miles de vidas, debido a un tsunami de proporciones apocalípticas que golpeó sin piedad la zona mencionada, arrasando con todo a su paso.


María (Watts) y Henry (McGregor), junto con sus tres hijos, van de vacaciones a una zona paradisiáca de las costas de Tailandia, para disfrutar de los hermosos paisajes de un hotel de lujo que les brinda todas las comodidades y les sirve de escenario para disfrutar la llegada de la navidad, en una de las escenas más hermosas de la película, adornada con temas tradicionales de la cultura de ese país.

Tal como lo relata la historia, el 26 de diciembre, en momentos donde varios turistas y habitantes de las costas tailandesas, pasaban el guayabo de las fiestas navideñas, súbitamente, un estruendo irrumpió con su calma, un ruido que nadie entendía, empezó a ser acompañado por la escena dantesca de gigantes palmeras derribándose como torres de naipes y de pronto, una ola gigante golpea el hotel donde los protagonistas con su famialia habitaban, en una imagen tan real, que nostrots como espectadores no podíamos hacer más que observar con la boca abierta y con un sentimiento de inferioridad al ver el poder de la naturaleza en toda su expresión.

Una vez ha pasado el terror de el inmenso oleaje, aparece lo peor que estaba por venir, una zona desolada, un camposanto gigantesco, donde el olor de la muerte rondaba por doquier y la vida brillaba por su ausencia.  Pero intempestivamente, obviando el dolor que la albergaba, surge María (Watts) de lo profundo, buscando desesperadamente a su familia, pensando lo peor debido a la escena que tenía ante sus ojos.

Es en este punto donde arranca la primera historia de la tragedia, cuando María se encuentra con su hijo mayor, quien da por sentado la pérdida del resto de su familia, pero que en medio de tan terrible hecho, buscan salvar sus vidas, más aún cuando con cada paso que dan en busca de ayuda, surgen las terribles heridas que en el cuerpo de la mujer ha dejado el tsunami, heridas que son mostradas con tal crudeza que más de un espectador no duda en tapar sus ojos para evitar ver tan terrible imagen.


En una segunda historia, aparece Henry junto con sus otros dos hijos, quien aún con la fe en alto, guarda la esperanza de reunir nuevamente a su familia, sacrificando todo lo que tiene, incluyendo la seguridad de sus dos pequeños hijos, quienes al ver el esfuerzo de su papá, olvidan todos sus miedos y se cubren con la valentía necesaria par ayudar a su papá en su tarea.

A pesar de las inmensas pilas de cadáveres que hay a su paso, recorre todos los lugares donde quedaron los sobrevivientes de la tragedia, buscando lo que parece una aguja en un pajar, sin desfallecer por más trágicas que fueran las noticias que por toneladas, incrementaban la tragedia que estaban viviendo y que con el paso de los días, dejaba ver su magnitud con el horror que toda la humanidad por televisión e internet, pudo ser testigo.

Este es un retrato muy bien logrado de la tragedia del tsunami de 2004, llevando a los personajes al límite del dolor y la desesperación, valiéndose de una fotografía muy bien lograda, lleva a las pantallas un hecho, que si bien logra mostrar en gran medida su dimensión, aún guarda miles de historias por contar de sobrevivencia y grandeza humana.

Es una trama dura pero esperanzadora, que si bien, tal como lo dije anteriormente, busca ser un retrato de la tragedia, no pasa de ese punto, pues al tratar de entrelazar las historias, se queda con situaciones básicas de los personajes, tomando como recurso imágenes fuertes de sangre y desgarramiento, que si bien atraen al espectador, no pueden ser usadas como único recurso para contar una historia que tiene muchos más tintes de donde agarrar.

Lo imposible, se percibe más como un documental que una película, que intenta ser las dos cosas pero termina siendo ninguna.  El dolor que encarna Naomi Watts en su personaje, llena de traumatismos al espectador al pensar en el sufrimiento del personaje real, multiplicado por 100 gracias a la magia del cine, llevando a la actriz a extremos de su interpretación, haciendo de esta actuación una de las más importantes de su carrera, situación que no ocurre con McGregor, quien en su papel, se percibe más como un complemento a lo que el director quiso llevar como eje de la trama, que es la historia de María.


"...Ve y ayuda a la gente.  Tú eres bueno en eso."

Calificación: 7 / 10.

Nota: Naomi Watts por su interpretación de María, está nominada al Óscar como mejor actriz protagónica.



lunes, 14 de enero de 2013

Arrancó la temporada grande de reconocimiento al séptimo arte

Entrega de los Globos de Oro


Con la entrega de los globos de oro, otorgados por la prensa extranjera especializada en cine y televisión, se dio inicio a lo que se podría considerar como la temporada máxima de la industria cinematográfica, puesto que durante estos dos meses (enero y febrero), vendrá una maratón de alfombras rojas, trajes y vestidos elegantes, reconociendo los méritos de todos aquellos que hacen posible que podamos ver en la gran pantalla, nuestros más grandiosos sueños hechos realidad.

Vale la pena decir que durante esta época, también se reconocerá lo más nefasto de la industria cinematográfica, que como era de esperar, tiene a la segunda parte de amanecer, el epílogo de la saga de Crepúsculo, como su máximo protagonista, tal como lo consideraron los premios razzie, quienes años tras año, nos recuerdan que en el cine no todo es bonito o majestuoso, también hay quienes por el afán de obtener ganancias sin observar la calidad del producto, terminan dando como resultado películas tan mediocres como la ya mencionada, que en mi opinión, sólo dejó una generación de espectadores descerebrados y una sensación de que al darle a los jóvenes productos fácilmente digeribles y que además encuentran apoyo en medios, se puede encontrar una mina de oro, bastante redituable para los productores, pero supremamente dañina para el futuro del buen cine, que con tristeza muestra que en salas especializadas, donde se exhibe lo mejor de la filmografía mundial, el público brilla por su ausencia.

Entrando en materia, voy a referirme a los más importante y sorpredente de la noche, sin entrar en detalles de moda o cosas por el estilo, pues este es un blog de cine y no de moda.  En primer lugar, las películas ganadoras.  Argo y Los miserables.  Vale la pena decir que si bien Ben Affleck era uno de mis favoritos en secreto, nunca pensé que pudiera vencer a tres monstruos de la dirección como lo son Ang Lee, Quentin Tarantino y Steven Spielberg, aunque al observar las películas nominadas, sentí que esa podía ser la noche de Affleck, pues como lo dije en entradas anteriores, Argo es una gran producción, con todos los ingredientes para hacerse un clásico instantáneo del séptimo arte, una historia que captura al espectador de principio a fin, mezclando dos campos que históricamente han sido tan afines como lo son la política y el cine, mostrando con gran vrtuosismo uno de los eventos más relevantes en la historia diplomática estadounidense, sin caer en melodramas innecesarios o en relatos exegéticos que terminaran aburriendo al espectador.


Lincoln, que arrancaba como favorita y Una aventura extraordinaria que la seguía en nominaciones, si bien contaban con gran calidad en su cinematografía y en sus actuaciones, nunca dejaron de ser relatos con altibajos, que en ocasiones llegaban al corazón del espectador, pero que debido a sus interminables diálogos y a tramas que no terminan de cerrarse en el transcurso de la película, pasan a ser documentos fílmicos importantes, pero no relevantes.

En cuanto a las películas del género musical comedia, la gran vencedora fue Los miserables, una nueva adaptación del musical tantas veces llevado al cine como a las tablas, que esta vez de la mano de Tom Hooper, el mismo que nos trajo "El discurso del rey", ahora con un presupuesto más abultado, retomó las historias de época, relatando con la mayor fidelidad posible un relato que a estas alturas, podría sonar como una apuesta a ciegas, toda vez que al haber tantas versiones, las comparaciones surgen por doquier, lo que finalmente impone una gran responsabilidad a los realizadores de traer un producto que sea innovador o de una altísima calidad, que haga que sus versiones anteriores, queden deslucidas ante las nuevas, tal como más o menos ocurre en este caso.


En cuanto a los actores, no se podría hablar de muchas sorpresas, por cuanto en las categorías principales, tanto de drama como de comedia, el plato estaba servido para cualquiera, pues en esta ocasión, la competencia estaba muy reñida, aunque no tanto en el caso de mejor actor protagónico en drama.

Daniel Day-Lewis, considerado por muchos como el mejor actor vivo, gracias no sólo a sus interpretaciones magistrales, sino a su preparación y técnica actoral, que podría decirse, raya con la perfección, en esta ocasión fue merecedor del globo de oro como mejor actor en una película dramática, galardón que para muchos es vaticinio para lo que va a suceder en la entrega de los Oscar.  Protagonista de estas galas Day-Lewis se llevó el globo de oro por Lincoln, donde encarna a este presidente estadounidense, impregnándolo con su perfección, a tal punto que en algunas publicaciones tenían que aclarar que quien aparecía en la foto era el actor y no el propio presidente.


Hugh Jackman, el recordado Wolverine, quien de vez en cuando se pone serio y sale de sus papeles de acción, en esta ocasión fue merecedor del Globo gracias a su interpretación de Jean Valjean, el rol principal de la película Les Misérables, a la cual le imprimió, aparte de su fortaleza física, una calidad histriónica sin igual, donde el canto era parte fundamental de su interpretación, dando vida a una de las mejores versiones de Jean Valjean que se ha llevado a la pantalla grande.


En la parte femenina, Jessica Chastain, un personaje relativamente nuevo en el mundo del cine, pero que sin embargo, ha impuesto un toque novedoso y versatil a Hollywood, se impuso en la categoría como mejor actriz en una película dramática, gracias a su interpretación como una agente de la inteligencia estadounidense, que busca incansablemente dar con el paradero de Osama Bin Laden en la película "Zero Dark Thirty", dando así un toque intimista y hasta controversial, a uno d elo hechos que más han marcado los últimos años en este país del norte del continente americano.


Como mejor actriz en una película de comedia o musical, la galardonada fue Jennifer Lawrence, una actriz que ha temprana edad, ya ha hecho el ruido necesario en la meca del cine, para ser tenida en cuenta para todo tipo de papeles, más aún cuando a su corta, pero prolífica carrera, le añade un premio de esta categoría, el cual seguramente la catapultará como una de las actrice favoritas tanto de los directores de cine, como del público en general.  Su papel en Silver Linings Playbook, película que con muchas ansias espero ver pronto en nuestro país, aparte de hacerla ver más sexy que en sus anteriores papeles, denotó que la exigencia actoral para interpretar a una mujer con desordenes mentales, como le gusta a la academia, no le quedaba grande en lo absoluto, y que por el contrario, sobrepasó este reto con todas las de la ley.


En los roles de reparto, fueron premiados dos de mis actores favoritos.  Por un lado Anne Hathaway, por Les Misérables, quien impresionó, no sólo por su interpretación, sino por el cambio radical que hizo de sí misma, impresionando por una delgadez extrema y una insípida cabellera, que en esta ocasión hace lo que a muchas actrices les ha funcionado para merecer un oscar.  Apeló a sacrificar su belleza por el papel.  Dando notas desgarradoras a su interpretación, lo cual, muy seguramente, le traerá muchas más recompensas.


Otro de mis actores favorites y que fue aglardonado en esta ocasión, fue Christoph Waltz, quien de la mano de Quentin Tarantino, ha llegado a consagrarse como unos de los actores con mayor carácter en la meca del cine, pasando de ser uno de los villanos más odiados, y amado por mí, en "Bastardos sin Gloria", a ser el bueno la historia en "Django Desencadenado", donde pasa a ser un caza recompensas que busca justicia dentro de su forma muy singular de hacerlo.





jueves, 10 de enero de 2013

Una aventura extraordinaria

Una aventura extraordinaria (life of pi).  2012.  Director: Ang Lee.  Reparto: Suraj Sharma (Pi Patel); Irrfan Kahn (Pi Patel adulto) y Gérard Depardieu (Cocinero).


De antemano, me disculpo por mi prolongada ausencia, puesto que durante ya un mes, no pude ponerlos al tanto de las novedades de la cartelera cinematográfica, desatendiendo la cita que nos reúne en torno a este bello arte.  Motivos laborales y de salud me impidieron contarles sobre lo que estaba ocurriendo en el mundo del cine.  Sin embargo, espero poder adelantarlos lo que más pueda en cuanto a lo que se puede encontrar en cartelera y como compensación a mi demora, estaré haciendo comentarios especiales en relación a la fiesta más importante para todos los cinéfilos, la cual poco a poco se avecina, teniendo como antesala los SAG, los globos de oro y los BAFTA.  Hablo nada más y nada menos que de los OSCAR, que el día de hoy dieron a conocer a sus nominados.

Ang Lee, recordado director asiático, quien fue adoptado por Hollywood a finales del siglo pasado, después de una prolongada ausencia, nos presenta una película que si bien, nos muestra un viaje intimista por los límites de lo humano, se desliga un poco de sus dramas emocionales que tanto lo caracterizaban, además de maravillarnos visualmente con recursos que gracias a la tecnología de la tercera dimensión, hacen de esta experiencia algo singular, llevándonos a puntos que nunca habíamos conocido anteriormente con otras películas en 3d, que valga decirlo, a pesar de contadas excepciones, no han aportado gran cosa al tesoro fílmico mundial.

En esta ocasión, Lee nos lleva a un mundo lleno de magia y fantasía, que no es nada alejado a la realidad, sino que recurre al misticismo propio de la India, donde las muestras propias de su cultura, como lo son la danza, el arte y sus propias tradiciones, hacen de este relato algo surreal, por demás que la historia, en sí mismo desborda en magia y fantasía.  Trayendo como eje de la trama a un muchacho cuyo nombre no deja de ser algo gracioso: Piscine, quien por varias razones termina siendo llamado Pi.  Hecho que de por sí, ya empieza a poner ingredientes interesantes a la historia.

Pi, vive en una familia común de la India, la cual, gracias al padre, realiza una actividad poco común, pero bastante llamativa, ellos viven y trabajan en un zoológico, habitado por cientos de criaturas, que van desde las más minúsculas hasta las más majestuosas, y que cuentan con historias propias en su gran mayoría, las cuales por un hecho que marca el nudo de la historia, se entrelazarán de manera trágica y fantástica.


Por motivos económicos, el padre de Pi les hace un anuncio que cambiará sus vidas: tendrán que marcharse de la India hacia Canadá para vender los animales del zoológico y así poder salvar sus finanzas.  La transacción tendrá como particularidad el titánico transporte de los animales de un lugar a otro, el cual, embarcará a la familia de Pi en un largo viaje mar adentro, quedando a merced de las inclemencias que el gran océano les interpone.

Justo cuando van a llegar a costas filipinas a tomar un breve receso en su travesía, una fuerte tormenta se cruza en su camino, alterando todos los planes y sumiendo en una gran catástrofe a Pi y los demás tripulantes del barco, dejando como única alternativa, tomar un bote salvavidas y ponerse a la deriva con tal de salvar la vida, opción que casi por obligación, tomó Pi una vez comprendió que poco o nada podía hacer por su familia, además de una fuerza adicional que daban algunos animales que al igual que el protagonista, buscaban salvar su vida.

Una vez ha pasado la tempestad, en medio de la tristeza al ver todo lo que se ha perdido, Pi se percata que no se encuentra sólo en su naufragio, pues cuatro compañeros accidentales lo acompañan: una cebra, una hiena, un orangután y un gigantesco tigre de bengala llamado Richard Parker, debido a anécdotas que se irán conociendo con el desarrollo de la historia, la cual en este momento, empieza a mostrar su punto más alto y el que finalmente, será la base para retener la atención del espectador.


En su intento por subsistir en medio de la nada, el instinto se apodera de todos los tripulantes, tanto de los animales como de Pi, quienes al intentar sobrevivir, deben enfrentarse unos a otros, así como con ellos mismos, pues la convivencia en medio de la falta de todo lo necesario para vivir bien, impone grandes retos a nivel mental y físico, más aún cuando al final, en el naufragio sólo quedan dos tripulantes: Richard Parker y Pi, quienes harán hasta lo imposible para salir airosos de tan inesperada aventura.

En medio de circunstancias inesperadas, imágenes maravillosas y una explosión de fantasía e imaginación, continua el relato de Pi ya adulto, quien cuenta su historia a un escritor, quien encuentra en ella la fuente de inspiración para su próximo libro y además sirve como telón de fondo para ir conociendo más y más sobre las peripecias de Pi y Richard Parker en su viaje por salvar sus vidas y por conocer hasta el más recóndito límite de su instinto, haciéndolos más parecidos de lo que puedan imaginar.

Esta película funciona y de gran forma hasta cierto punto, por cuanto hay ocasiones en que el relato se funde, aunque no sea posible de creer, en lo monótono y en lo previsible, más aún cuando al relato se le mezclan aspectos que le quitan algo de la espectacularidad que en ocasiones podemos ver, más aún cuando, tal como lo dije anteriormente, con la ayuda del 3d, encontramos imágenes que inmediatamente, buscan habitación en los rincones donde las memorias se hacen recuerdos y empiezan a jugar roles importantes en los sueños.

Tal como se espera de este tipo de producción, es una película larga, que en ocasiones puede tornarse en tediosa para algunos espectadores, y en ocasiones, puede perder la atención en su trama, pero que con su belleza cinematográfica y un rol bastante entregado por parte del protagonista, nos hace sentir parte del naufragio, entendido éste, como el estar perdidos en medio de un mar de expectativas, pero sin tener un rumbo definido, además de estar acompañado, no por animales, sino por sentimientos que al encontrarse unos con otros, se puede precipitar en luchas sin fin.


"Gracias Vishnu por presentarme a Cristo"

Calificación: 7.5/10

Nota: Esta película se encuentra nominada a 11 premios de la academia, incluyendo mejor película y mejor director para Ang Lee.