lunes, 17 de febrero de 2014

PHILOMENA

Philomena.  2013.  Director: Stephen Frears.  Reparto: Judi Dench (Philomena Lee) y Steve Coogan (Martin Sixmith).


Nuevamente, vengo con la reseña de una de las candidatas al galardón mayor en la velada de lo mejor del cine, próxima a realizarse, la cual, entra en esa categoría de películas, que de acuerdo con las nuevas políticas de la Academia, al momento de nominar cintas para el premio a mejor película, extienden sus opciones, al parecer, para darle algún mérito a las obras que por su baja popularidad pero gran calidad, han sido excluidas de algún u otro modo.

Philomena, acaba de ser galardonada con el premio a Mejor Guión Adaptado en los premios BAFTA, los cuales son otorgados por la Academia Británica de Artes Cinematográficas, y que sin lugar a dudas, año tras año son el principal termómetro para lo que ocurrirá en la gran velada de los Oscar, aunque a decir verdad, dudo mucho que esta buena cinta, repita galardón durante la gran noche, todo porque a su lado se encuentran contendientes de gran peso como lo son 12 años de esclavitud y el lobo de Wall Street, siendo la primera la más seria competidora en esta categoría.  Aunque valga aclarar que no se le quita mérito alguno a Philomena, pues como vamos a ver, es una película que vale la pena, sin tanto bombo como sus competidoras, pero es una cinta que pese a todo, vale la pena seguir.

Antes de ir al grano, sea esta la ocasión para revalidar un comentario que hice en mi perfil de Facebook, pero que replico en esta ocasión para todos ustedes, con el fin de que se pueda entender mi reconsideración.  Una vez se empezaron a conocer las cintas que serían tenidas en cuenta durante esta temporada de reconocimiento a lo mejor de la industria cinematográfica, exclamé con emoción que al no ver una película que pudiera considerarse como arrasadora de todas las estatuillas que se iban a otorgar, lo más justo era decir, al igual que la prensa especializada, que este año la carrera iba a ser muy reñida, por la alta calidad de las cintas durante el 2013, sin embargo, lamento decir, aunque de forma muy temprana, que de lo que he podido apreciar, lo reñido por lo alto, vendría siendo más un chisme, un fulgor del momento, que una realidad, porque puedo decir con sinceridad, que ninguna de las 3 cintas en competencia que he visto, ha llenado mis expectativas, o ha quedado guardada en mi memoria en su conjunto, salvo algunas excepciones individuales, pues si algo se puede rescatar, es que 2013, fue un año de grandes interpretaciones.

Unido a lo anterior, quisiera ofrecer excusas por la intermitencia y los largos lapsos entre reseña y reseña, pero prometo tratar de ponerlos al día sobre las cintas nominadas a mejor película, por lo menos, la mayor cantidad, de ahí que agradecería su colaboración realizando comentarios sobre las cintas nominadas, que aún no han sido publicadas en este blog, para que de ese modo, podamos interactuar de forma más dinámica y podamos compartir gustos y opiniones sobre esta pasión, justo en su máxima temporada.


Philomena Lee(Dench), una dulce y hermosa adolescente, al descubrir los placeres de la carne, cae con tan mala suerte de quedar embarazada a muy temprana edad, razón por la cual, su padre y una sociedad que para entonces reprochaba y condenaba arduamente tales comportamientos, terminan confinándola en un convento de clausura en su natal Irlanda, siendo este el punto de partida de un prolongado infierno, donde la esclavitud en nombre de Dios y el escandaloso comportamiento de las “servidoras de Dios”, reducen su función de mamá a una hora diaria y le imponen su labor de servidumbre casi por un día entero, ejerciendo labores altamente extenuantes, donde para las hermanas del convento, sólo el dolor, podría expiar sus pecados.

Philomena da a luz a Anthony, un niño hermoso y rozagante, quien se convierte en su motor para aguantar el martirio que tiene que padecer, aunque la dicha no es plena, porque todas las muchachitas que albergan en el convento, viven la constante zozobra de perder a sus criaturas a causa del negocio que ocultan tras la fachada de servidoras del Altísimo, esta hermanas lucran su fe vendiendo a los hijos de las pobres desposeídas, acto que sumado a sus obligadas labores, sólo puede tener fin por la módica suma de 100 libras, suma que ahonda su impotencia, debido a su inmisericorde pobreza.

Una tarde como cualquiera, la peor pesadilla de Philomena se hace realidad, un carro largo y negro, se posa frente a la puerta principal del convento, lo cual sólo podía significar una cosa: Uno de los niños sería adoptado y por lo tanto, alejado por siempre de su madre.  Pensando aún que la desgracia tocaría sólo a una de sus compañeras, Philomena es alertada porque la familia, no sólo espera llevarse a una niña, sino que Anthony, al convertirse en inseparable compañero de juegos de la niña, es adoptado también, ante lo cual, sólo queda un profundo llanto y una amargura infinita en el alma de esta mujer que por mucho tiempo, decide ocultar su pena, hasta que el dolor, se denota inmenso para seguir soportándolo.


 
El tiempo ya ha pasado, más exactamente, 50 años han transcurrido desde la separación de Anthony, es entonces cuando Philomena decide confesar la verdad a una de sus hijas, quien en vez de juzgarla, recurre a un periodista entrado en desgracia laboral, para que a través de sus conocimientos, pueda ayudar a su madre a encontrar a su hermano perdido, lo malo, es que este reportero, Martin Sixmith (Coogan), es una persona dura, templada por el tiempo y el cubrimiento de guerras, tragedias y especialmente, el devenir en los afanes de la clase política londinense, lo cual finalmente, se convirtiese en su propio infierno, así como el convento lo fuera para Philomena.

Pese a su reticencia, finalmente Martin acepta realizar el trabajo, iniciando su investigación en la misma fuente, el convento, donde pese al té y las galletas, el misterio sigue rondando, siendo ocultado por las monjas, negando cualquier relación, además de manifestar que cualquier registro que existiese, fue quemado en el incendio que por gracia de Dios, quemó todos los registros de los niños, pero salvó el de las madres, donde se les obligaba a firmar un contrato donde cedían todos los derechos de sus hijos y renunciaban a saber de ellos por siempre, hecho que sólo fue el inicio para continuar con una investigación que, por azares de la vida los llevaría a Estados Unidos, país al que fueron a parar la mayoría de los niños vendidos en Irlanda, en razón a que el precio de cada niño, sólo podía ser pagado por acaudaladas familias gringas, cuyo único requisito era que fueran católicos practicantes.

Pese a que el supuesto desenlace de esta misión fuera de un tono trágico, sería el inicio para desenmascarar un hecho que sería una de las mayores vergüenzas para la Iglesia Católica, el cual ha sido retratado en numerosas ocasiones y que gracias a la insistencia de Philomena y de Martin Sixmith, suscitaría el interés de una inmensa comunidad que requiere respuestas, las cuales, tal como se observa en la cinta, muchas veces se ocultan tras el juicio inclemente de quienes se apoderan de la fe, para obligar a millones de personas a actuar incluso contra su propia naturaleza.


Stephen Frears se ha caracterizado por mostrar a los ojos del espectador, aquellos acontecimientos que si bien, en el trasfondo describen inmensas tragedias, recogiendo aspectos donde la humanidad y la barbarie encuentran su punto de inflexión, les otorga un tratamiento sutil pero enérgico, encasillado en la sencillez de sus personajes, quienes al mismo modo que sus historias, guardan una inmensa complejidad, sólo comparable con la fragilidad de sus seres, y la entereza de su carácter, tal como se puede asimilar en otra de sus obras, la reina.

Hay un caso especial en esta película y es el del protagonista, Steve Coogan, quien a pesar de tener un periplo para olvidar en las toldas de Hollywood, haciendo comedias tontas y encasillado en el papel de británico torpe, al igual que varias estrellas de la comedia, decidió ir un paso más allá, no sólo en sus dotes actorales, sino en varios de los aspectos esenciales de un film, como lo son la adaptación del guión y la producción, incursionando en un dramatismo oculto bajo algunas chispas de humor, pero que tras su papel, deja muy buenas impresiones que a futura pueden germinar en muy buenos réditos.

Como caso curioso, se ha comentado que Steve Coogan estuvo a punto de renunciar a su papel de Martin Sixmith, pero no por diferencias con el director o problemas con el presupuesto, sino porque frente a él, se encuentra una de las mejores actrices de todos los tiempos, la inmensa Judi Dench, quien, según palabras de Coogan, lo hacía sentir intimidado por sus grandes dotes actorales, aunque finalmente, la suma de estos dos personajes, deja un buen sabor en el espectador, aunque podría decirse que la presencia de Dench llega a ser apabullante en algunos momentos.

Judi Dench como Philomena, no decepciona, pero tampoco destella, pues es bien sabido el hecho que su presencia es un sello de calidad para cualquier producción, y sus interpretaciones no pueden ser menos que memorables, aunque esta vez, en su rol de dulce, pero cruelmente maltratada anciana, luce algo ficticia, no se ve la misma naturaleza con la que se desenvuelve en otros roles, aunque ésto no es ápice para no aplaudir su representación, a sabiendas que, el papel que llevaba a sus espaldas, no es nada menos que una de las mujeres más influyentes en cuanto al reconocimiento de crímenes ocasionados por la iglesia y la más importante activista en materia de buscar la verdad sobre los niños vendidos en las décadas del 50 a casi el 70 en Irlanda.

Esta película se encuentra nominada a 4 premios Óscar, entre los que se encuentran mejor película, mejor guión adaptado y mejor actriz, de los cuales, podría augurar que puede ser tenida en cuenta en la categoría de mejor guión adaptado, toda vez que, además de ser una historia de la vida real, contada a partir de un libro escrito por Martin Sixmith, no se queda sólo en la mirada lastimera que suele acompañar a este tipo de tramas, sino que se enfoca en demostrar el sentido de la película reflejado en cada uno de los personajes, pues al final, los secretos son un factor predominante en cada uno de ellos y al final, termina siendo su mayor karma, partiendo desde Philomena y Martin, llegando hasta Anthony, quien padecerá en secreto su más anhelada verdad.


"...Y después que hice el amor, pensé que todo lo que se sintiera tan bien debe estar mal."

Calificación: 7/10

Nota:  El tema abordado con sutileza en esta película, puede profundizarse con algo más de crudeza viendo "Las hermanas de la Magdalena" (2002).  Un retrato descarnado de las atrocidades ocasionadas en nombre de Dios y ocultas por la Iglesia Católica.